ADANISMO: La leyenda del emprendedor humilde
Cuenta la leyenda que en una ronda de financiación de startups de Recursos Humanos se presentaron tres emprendedores para defender sus proyectos. Los tres proyectos con una potente base tecnológica quieran revolucionar el mundo de la gestión de Recursos Humanos. El grupo de futuros inversores eran especialistas en la materia y de enorme experiencia.
El primer emprendedor presentó una App de gestión de felicidad, y tras un impecable diseño mostró una visión desechada por cualquier especialista en psicología positiva. Y a la pregunta de los inversores de sus fundamentos teóricos dijo que funcionaba en un grupo de estudiantes de la Universidad. El segundo emprendedor enseñó un medidor de atención plena para reconocer el éxito de las técnicas de mindfulness. Tras su análisis, los inversores maravillados de sus excelentes diseños, le preguntó dónde se había aplicado y el emprendedor les contestó que todavía no lo sabían si era eficaz en la empresa porque sólo se había desarrollado en el mundo sanitario. Además, se habían aplicado unas técnicas de mindfulness muy extensas durante 6 meses en el tiempo. Y el último emprendedor, presentó una App de reconocimiento o feedback continuo entre personas. No destacaba por su diseño, sólo por su sencillez y usabilidad. Y tras la misma pregunta de dónde se había aplicado, el emprendedor indicó que se la regaló a los periodistas de un medio de comunicación y se fue construyendo según sus opiniones y que además fue utilizada en un estudio científico realizado por la Universidad y los datos fueron muy modestos. Tras las presentaciones, los inversores deliberaban, y la persona con más experiencia indicó, que eran tres ideas muy sugerentes, pero frente a la arrogancia y el adanismo de los dos primeros emprendedores destaca la humildad y la capacidad de observación del tercero. Su solución es la menos vistosa pero la más verificada y construida con el feedback de la realidad. Y sorprendentemente fue la opción que siguió en la ronda de financiación. ¿Se puede ser emprendedor y humilde?
El Adanismo es la tendencia a comenzar una actividad sin tener en cuenta los progresos que se hayan hecho anteriormente. El mundo de los emprendedores tras su halo de modernidad digital hay una enorme vacuidad de conocimiento. Este mundo está lleno de descubridores de América en el siglo XXI, ¿por qué? Por desechar lo anterior como vestigios analógicos con perspectiva anticuada. Y no caer en la cuenta que la problemática humana es universal, atemporal, y en muchos casos con un indudable tendencia a repetirse. La felicidad no es el hedonismo y cifrarlo en nuestra alegría es no tener en cuenta que es un proceso continuo de percepciones y autopercepciones de los avatares circunstanciales. Me duelen los ojos de los libros de autoayuda donde pontifican que la actitud es lo importante. Todos sabemos del poder de la actitud, pero también tenemos que saber que la felicidad no es un estado, si no una percepción continua que no se descubre con continuas preguntas del estar si no con visiones del ser. Por otra parte, hay que destacar que la aplicación a contextos organizacionales es distinta que una muestra de estudiantes. También, la meditación es muy eficaz a través de metodologías que generan hábitos; y hay que saber que los hábitos dependen de las circunstancias y no se mide sólo con el tiempo. Esta visión del mindfulness como una práctica continua es necesaria pero no suficiente para explicar su éxito. Por tanto, tanto la felicidad como la atención plena son conceptos atractivos pero con mucha investigación asociada antes de deslumbrar con una App de inmaculado diseño.
La actitud adanista es un óbice de los emprendedores en general y en particular de aquellos que fondean en el mundo de recursos humanos. Simplificar digitalmente una relación humana compleja tiene muchos visos de fracasar, porque el relativismo y la especificación de cada persona hace caer en muchas simplificaciones artificiales.
Decía ALFRED A. MONTAPENT “Nunca nadie escapó o escapará de las consecuencias de sus decisiones”, por eso hay que cualificar las decisiones con la regla de los cinco ámbitos de investigación para no caer en el adanismo:
- Saber de qué se habla – información teórica
- Saber en que circunstancias se aplica- información empírica
- Saber de otros intentos anteriores y de otros productos sustitutivos – información benchmarking
- Saber las utilidades previas – información pragmática
- Y por último, saber las pegas que le pone las personas que lo use inicialmente – información de feedback de las primeras aplicaciones
Con estos 5 abogados de la realidad se puede descartar de caer en el adanismo a la hora de acercarse a una problemática humana. No hay nada totalmente nuevo en las relaciones humanas, siempre hay antecedentes, aunque hablemos de inteligencia artificial, la relación de un ser humano con una herramienta o robot ha sido históricamente parecida. Vamos a analizar estos 5 saberes, y luego, los modularemos con una actitud típica del innovador, “la capacidad de asombro humilde”.
El primer saber es obvio, antes de hacer una aplicación digital se debe investigar el concepto humano que trata de analizar. Si es felicidad, mindfulness, engagement, empowerment etc. Todos estos conceptos tienen una historia de datos previos. Esto no significa que haya que plegarse a lo que dicen las autoridades académicas, si no abrirse a las enseñanzas previas, porque ha habido otras mentes que se han preguntado como se puede aplicar estos conceptos. ¿Por qué es importante esta información teórica previa? Porque desconocerla puede llevarnos a explicar lo obvio o a no tener en consideración otras ideas distintas que expliquen la realidad. Pero hay que tener en cuenta lo que dijo el filosofo WILLIAM JAMES: “No hay mayor mentira que la verdad mal entendida”, por eso hay:
- No fiarse de juicios que solo vienen del sentido común. El sentido común es una verdad destilada en una determinada época, y al cambiar las circustancias puede ser que esa verdad tenga desdoro
- No fiarse del argumento de autoridad. En Ciencias Sociales se abusa del prestigio del autor y no se analiza la ciencia sino solo quien lo dice.
- Fiarse de los descubrimientos científicos. En el caso de las ciencias sociales de la visión científica de la psicología, la sociología, la economía y, sobre todo, de los avances de la neuropsicología sin caer en utilizar el prefijo “neuro” solo como argumento de ventas.
- Fiarse del consenso histórico más que de la originalidad del autor. Ya que la ciencia genera visiones matizadas; en cambio los libros de autoayuda están llenos de obviedades grandilocuentes que simplifican lo complejo para vender una idea como la panacea.
Más análisis previo de la ciencia anterior pero desde una mentalidad digital. Si es bueno hacerse preguntas diferentes de los descubrimientos previos fruto de la nueva perspectiva a considerar. Los éxitos no vienen de desechar lo analógico como inadecuado, sino de analizar lo anterior con una visión digital. A nuevas preguntas, la realidad nos da nuevas respuestas. Y no olvidar la máxima de Baltasar Gracián: “Uno de los rasgos de la ignorancia es creer saber mucho”.
En segundo lugar, está el saber empírico. Los emprendedores necesitan saber que es una visión experimental científica. No hay teoría sin aplicación empírica y, es esta empíria la que corrobora las hipótesis librescas. Las aplicaciones a nuestras redes, la construcción de la solución en función de los datos recogidos son las principales aplicaciones que tenemos que tener en cuenta para una buena práctica. Pero también hay que saber ver lo empírico, con tres consejos muy útiles:
- A) No es una cuestión estadística. De fiabilidad y validez de las aplicaciones empíricas son condiciones necesarias, pero no suficiente. Los datos deben ser significativos, pero lo importante es la fuerza de lo que se pregunta más que el mero resultado que se obtiene.
- B) Es básico las características de las muestras. No me vale cualquier persona, sino públicos afines a los que vamos a llevar la aplicación. O al menos contrastados con muestras diferentes. No vale muestra de estudiantes frente a los consumidores, los enfermeros con su estrés a los teleoperadores, etc.
- C) Muchas veces, no se tiene en cuenta el “cuando” se pregunta. En el mundo organizativo la variable temporal influye mucho al ser una empresa una organización inestable por definición. Y los acontecimientos modulan las respuestas de las personas. Multitud de estudios no tienen en cuenta esta realidad.
La empíria tras el análisis teórico posibilita un buen antídoto al adanismo.
En tercer lugar, el benchmarking se trata de analizar otras soluciones anteriores y su evolución. Aprender del error ajeno y además de estudiar los productos sustitutivos que hay frente a una solución es un ejercicio muy competitivo. Analizar los intentos previos es una cura de humildad para el emprendedor. Las ideas no son de nadie, solamente el saber desarrollarlas es el mérito de las personas y debemos aprender de los fracasos y éxitos previos que hayan sido parecidos. Y, además de este benchmarking, hay que analizar los pros y los contras de los productos sustitutivos. Toda realidad humana es global, por tanto, se puede encontrar soluciones parciales desde otros puntos de vista. Reconocer estas soluciones es adelantarse a los cuestionamientos posteriores y no caer en adanismos futuros. Decía Alejandro Magno: “Tras la conducta de cada uno depende el destino de todos”.
En cuarto lugar, tras analizar los antecedentes teóricos, empíricos y hacer un benchmarking, hay que tener en cuenta las utilidades atendidas. Muchos descubrimientos digitales simplemente son formas distintas de explicar lo mismo. No se trata de grandes descubrimientos sino de una manera de visualización de un viejo dilema. Por eso, es útil una reflexión previa de la utilidad de lo que se propone. Porque el diseño y la validez aparente de lo digital no debe olvidar la gran pregunta del “para qué”. La utilidad debe guiar nuestro análisis tras haber verificado el sustento teórico, considerando las aplicaciones prácticas y haber analizado los intentos previos y las soluciones alternativas, pero no antes porque lo útil es tener una reflexión posterior a lo importante. Muchos emprendedores son esclavos de la utilidad sin caer en el significado de la solución de una problemática en los usuarios. La utilidad es el faro de tu éxito y debe cuidarse desde el principio, y como decía Abraham Lincoln: “La posibilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creamos que es justa”.
Y, por último, en quinto lugar, el saber del feedback inicial a una aplicación. Este análisis emergente de los primeros usuarios de una aplicación es oro molido. Muchas veces, hacemos más grande lo que nosotros creemos, pero la dura realidad nos lo debe corroborar. Las primeras pruebas piloto de una aplicación son fundamentales hacerlas con una muestra representativa, en el momento adecuado, y fundamentalmente que pueda influir en nuestro diseño del modelo. Esta aplicabilidad es una gran prueba para evitar el adanismo al obtener los datos que son significativos.
En fin, que para dejar de tener adanismo a un emprendedor hay que preguntar por los cinco test de realidad:
* Test teórico: ¿Conoces los estudios científicos previos?
* Test empírico: ¿Dónde se ha aplicado dicho producto?
* Test benchmarking: ¿Conoces los intentos anteriores y los productos sustitutivos?
* Test utilidades: ¿Para qué sirve y para qué no sirve?
* Test feedback inicial: ¿Cómo hemos modificado el producto según los resultados iniciales en la prueba piloto?
Ahora este análisis debe envolverse con una actitud poco frecuente. Frente a la agresividad y la arrogancia del emprendedor que responde a todas las preguntas con feroces asertos, tenemos que destacar la actitud del que está asombrado. Expresar pasión por lo que estás haciendo con humildad en la solución es una actitud muy deseada. Más allá de entrenamientos en “elevator speech” y de formas artificiales de ventas, es más aconsejable una sincera y humilde pasión por el asombro que ha generado su trabajo. Esta capacidad de asombro humilde es la luz en la mirada del descubridor que transmite trabajo, seriedad y que ha seguido un proceso lógico y humano hasta llegar al momento de la explicación.
El adanismo no es un problema de juventud aunque se dé mucho en gente joven inexperta pero es una actitud muy habitual en los millennials. La ilusión de la novedad de lo digital hace despreciar lo anterior y centrarse en la solución sin tener en cuenta el problema. No hay soluciones fantásticas sino visiones novedosas de los problemas que, a su vez, nos aportan una nueva solución. Y para acabar tres reflexiones que resurgen al analizar el adanismo de muchos emprendedores.
- Aprendizaje humano: Muchas veces lo digital olvida lo importante de una actitud de hacer para aprender. Sólo haciendo se puede aprender. Decía Picasso “Siempre estoy haciendo lo que no puedo hacer, para aprender cómo hacerlo”. Más que buscar soluciones hay que aprender problemas.
- Saber y poder: Decía Daniel Cosio en un alegato a la diversidad “Si los jóvenes supieran, si los viejos pudieran…”. Ya está bien de vincular la realidad con ojos generacionales. La mixtura y la diversidad del generacional obtienen soluciones de un mayor poderío. La mentalidad digital de las soluciones conjugada con la visión exponencial de los problemas.
- Monitorizar: Tan malo es el que siempre reflexiona desde el negocio como aquel que se olvida de él hasta el final. Hay ocasiones donde esta pregunta está desde el principio del emprendedor y condiciona su desarrollo futuro. Y en otra multitud de ocasiones, no se ha hecho a tiempo esta pregunta: ¿Cómo se va a ganar el dinero con esta aplicación? Es una pregunta que hay que saber buscar a tiempo y en su tiempo. De aquí la importancia de saber cuál es el problema antes de operativizar las soluciones. Pues ya lo decía Voltaire “Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por el dinero”.
Estas reflexiones junto con la actitud de asombro humilde y el análisis de los cinco tests a la realidad debe acompañar a todo emprendedor. No hay nada más útil que tener emprendedores en la sociedad, pero frente a esta moda que todos tenemos que ser emprendedores hay que plantear la humildad como aval. La humildad implica saber lo que aportas de novedoso pero habiendo estudiado muy bien el problema. Saber preguntar a la realidad de una forma digital se debe basar en reconocer los problemas humanos y sus soluciones anteriores. ¡Si es posible tener emprendedores humildes! Y si no que se lo pregunten a Groucho Marx cuando decía “Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”.
F. Javier Cantera Herrero
Presidente de Auren Blc
y Fundación Personas y Empresas
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