En esta época de crisis pandémica el principal cambio que hemos tenido que abordar ha sido el cambio de hábitos de trabajo. En situaciones pre-covid 19 teníamos unas rutinas o liturgias de trabajo que la rápida acción de repliegue al trabajo en domicilio nos ha hecho cambiar. No es un cambio de mentalidad ni de softskills como he oído en los mentideros del “entorno autoayuda” sino de cambios de hábitos. Se trata de verter en el mundo digital formas diferentes de trabajar, de entender el tiempo, de conceptualizar las aportaciones y de saber utilizar la tecnología de forma más útil. En fin, hemos tenido que adaptar al mundo digital con la generación de nuevos hábitos digitales.

James Clear en su libro “Hábitos atómicos”, nos habla de esos cambios pequeños que generan unos resultados extraordinarios. Otro libro “Pequeños hábitos, grandes cambios” de Steven Handel plantea la misma idea de que acciones muy sencillas cambia radicalmente tu vida. Por eso es importante reflexionar sobre nuestros “hábitos atómicos digitales” para propiciar una mejor adaptación al entorno digital actual. Y esta aproximación a la realidad me encanta por su sencillez, como pensar en pequeño para generar una verdadera capacidad de cambio inaudita.

Frente a receta mayestática del cambio, es una visión rutinaria y cercana de cambiar tus hábitos lo que te genera una mejor adaptación digital.

¿Cuál son los hábitos atómicos digitales? Sabemos que todo hábito se genera según James Clear en cuatro acciones:

  • Hacer lo obvio.
  • Hacerlo atractivo.
  • Hacerlo sencillo.
  • Hacerlo satisfactorio.

Un hábito debe hacer lo que se tiene que hacer, de una forma apetecible sin mucha complejidad y que produzca satisfacción. Si no sabemos crear hábitos atómicos digitales no vamos a poder dar una respuesta potente a nuestro talento. Se trata de generar rutinas satisfactorias, sencillas y obvias que posibilite la experiencia de nuestro talento en un entorno digital.

Y estos hábitos deben versar sobre estas preguntas:

  • ¿Tienes un ritual matutino y nocturno?
  • ¿Cómo te motivas en tu trabajo?
  • ¿Cómo haces el balance de descanso saludable?
  • ¿Cómo te planteas tus metas?

Estas cuatro preguntas son básicas para determinar tu nivel de adaptación al entorno digital. No se trata de trasladar la forma de trabajar anterior a este nuevo ecosistema. Pasar del presencialismo (estar en cualquier momento) al onlineismo (estar enganchado a todas horas), nos es el fin, sino que tenemos que generar una nueva forma de trabajar con sus ritos, mitos, tiempos y liturgias. Pensar en los hábitos digitales es facilitar la lógica del trabajo, no se trata de hacer sino de saber hacer (y para eso es importante tus hábitos de trabajo). Vamos a contestar a esas preguntas:

  • Ritos matutinos y nocturnos:

Hay que crear tu ritual matutino para comenzar a trabajar:

  • Asegurar la energía para emprender el día.
  • Estimular tu cuerpo y tu mente.
  • Tener tiempo para iniciar la actividad (voy a empezar).

Y tomar conciencia de diferentes acciones:

  • Análisis del funcionamiento de los medios digitales.
  • Análisis del entorno de trabajo.
  • Análisis de la influencia social del entorno.
  • Análisis de los primeros estímulos que te condicionaran.

A estas acciones hay que introducir mecanismos cognitivos útiles:

  • Saber poner límites. Sin límites no hay productividad.
  • Saber asignar fondos. Tiempos para cada actividad.
  • Saber dividir metas complejas en submetas más simples.
  • Saber ponerse alertas. Para analizar excesos de tiempos.
  • Saber gamificar tus hábitos, es decir, saber hacerles progresar.

En relación al ritual nocturno tenemos que acabar la jornada con los siguientes pensamientos:

  • Que es lo que me ayuda a entrar en un estado tranquilo y relajado.
  • Como debemos acabar el día con una nota positiva.
  • Como preparar una lista breve de las “tareas de mañana”.

Y las siguientes acciones:

  • Analizar tus tendencias al perfeccionismo. Todo es susceptible de ser mejor.
  • Analizar tus tendencias a procrastinar. Dejarlo para mañana.
  • Analizar tus tendencias a la dedicación ejemplar. No por mucho trabajar lo vas a hacer mejor.

A estas acciones hay que introducir los siguientes mecanismos cognitivos:

  • Saber contingerciar la dedicación a los tiempos.
  • Saber que el trabajo creativo necesita del descanso.
  • Saber ponerse retos para el día siguiente.
  • Saber madurar las ideas con descanso.
  • Saber que la dedicación no es cuestión de tiempo sino de atención plena.

Con estos hábitos se deben configurar los ritos matutinos (empezar a trabajar) y los ritos nocturnos (empezar a descansar).

  • Motivaciones en el trabajo:

Todo hábito necesita de incitadores continuos para realizar el trabajo y algunos de ellos son:

  • Afirmaciones: Son aquellas frases o declaraciones positivas que te sirve como mantra. ¿Cuáles son tus afirmaciones? Al recitarlas es una gran ocasión para motivarte.
  • Hacer listas: Hay muchos tipos de listas para verificación, para inspiración o para motivación.
  • Rituales de entornos: La música para motivarte y para reducirte tu estrés. La música genera mucha gestión de emociones (estudios de 2004 de ENVIRONMENT AND BEHAVIOUR).
  • Tableros de visualizaciones: Ubicar en el espacio tus afirmaciones, listas y elementos evocadores de tu propio trabajo.

Pero en todas estas medidas higiénicas de motivación no evitan la utilización de dos formas motivacionales básicas.

  • La red social: Saber elegir e interactuar con compañeros cuya forma de funcionar te refuerza en tus hábitos digitales.
  • Los modelos mentales: Como seres sociales que somos, nos influye a quien admiramos y hacemos aprendizaje observacional de aquellos que hemos denominados “maestros vitales” como modelos a los que quiero seguir.

Con modelos y redes sociales debemos motivarnos con afirmaciones, listas, música y visualización de nuestro trabajo diario.

  • Balance de descanso saludable:

Todos tenemos una zona de confort y umbral de sensibilidad (cuando sales de tu confort y se convierte en estresante) aunque no todos tenemos la misma zona y el mismo umbral. Para generarnos confort mental todos tenemos que hacernos nuestra lista de actividades de relajación, cada uno tenemos una lista diferente. Lo que a uno como le relaja a otro le estresa.

Lo importe es incorporar la relajación en tu vida diaria, y para ello hace falta generar hábitos digitales:

  • Con descansos cortos (tipo método POMODORO) y con descansos largos en tu día de trabajo.
  • Saber identificar cuando estas cansándote para saber tener una actividad de relajación.
  • Desmitificar la pereza y no confundirla con la relajación. Estar relajándote no es ser perezoso.

La relajación es importante para mitigar el estrés y aumentar la atención plena y tener energía posterior. De aquí la importancia de incorporar en tu día normal momentos de ocio, porque el ocio estimula emociones positivas que generan:

  • Recuperación de la fatiga mental del trabajo.
  • Dar sensación de autonomía y control personal.
  • Dota de significado vital a tus acciones diarias.

Descanso y ocio deben estar incluidos en tus hábitos digitales.

  • Planteamiento de metas: Los hábitos digitales necesitan del concepto de psicología “mentalidad de crecimiento” consiste en pensar en que disponemos de una enorme capacidad de cambiar y mejorar a lo largo del tiempo. No tenemos que ser como somos ahora. Ya sabemos que somos humanos porque tenemos memoria de futuro.

Es importante en los hábitos digitales introducir tu imagen futura, lo que quieres ser de mayor, esto implica una visión o pensamiento sistémico, porque tus hábitos diarios determinan tu futuro. Y saber cambiar metas a corto plazo (medibles, especificas, alcanzables y con fecha límite) por la motivación a cinco o diez años, no podemos pensar que tu futuro se limita al corto plazo. Hay que edificar los hábitos pensando en el futuro lejano y no sólo en la obtención de resultados a corto plazo.

Para adaptarnos al entorno digital tenemos que generar hábitos atómicos digitales que nos posibiliten una grata experiencia. Tener rituales de iniciación, de terminación, motivaciones diarias, saber descansar y saber el ocio y planteándose las metas como variables importantes en tu trabajo diario. Pues el hábito de tener hábitos es un gran hábito. Pensar en pequeños hábitos atónicos es el inicio de tu bienestar laboral.

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