¿Quién no ha circulado inadecuadamente por el carril izquierdo? Aprovechando la publicidad de Tráfico es gráfico ver los atascos y accidentes que se originan por empecinarnos en ir todos por el carril izquierdo. Este hecho me lleva a reflexionar sobre la utilización de la rapidez, la ambición, la altivez del carril izquierdo frente a la templanza, moderación y humildad del carril derecho en nuestro trabajo profesional. La lógica de la circulación es alternar ambos carriles, hay momentos para la templanza en las carreras y en el trabajo, y momentos de aceleración profesional. Vivir toda la vida profesional en una continua aceleración, alto ritmo de trabajo, o estar pensando en la escalabilidad empresarial significa estar siempre en el carril izquierdo profesional. El buen conductor alterna la rapidez necesaria según las condiciones empresariales (tráfico) y la mesura profesional necesaria para adaptarte a nuevos avatares del entorno. La sabiduría está en la adaptación de la circulación de tu carrera profesional y no estar continuamente “en vilo” por querer ser el “rey del mundo”.
Debemos abrirnos a valorar nuestros carriles derechos profesionales y evitar la adoración a circular siempre con carreras exitosas, vertiginosas y aceptar la humildad de ir detrás de un camión para apreciar la belleza de un paisaje. La mayoría de las personas no disfrutan de lo que son sino solo de lo que están haciendo. Acumular cargos, puestos, roles, tarjetas, te hace circular a tu izquierda, en cambio apilar sabiduría, sentirse bien, vivir el día a día te genera una visión pausada de tu carrera profesional. Hay que reivindicar el día de la reflexión sobre lo que eres, más allá de la acumulación de méritos y trabajos que solo llenan líneas de curriculum. La importancia de tus curricula vitales más que tus curricula profesionales ¿Por qué hay que disfrutar en la carretera o en la carrera profesional? Porque lo importante no es llegar antes al destino sino haber llegado bien. Y toda carrera profesional necesita de etapas necesarias que como buen camino hay que recorrerlas porque si no, no se llega. No se puede llegar a SANTIAGO por el camino sin haber pasado por PALENCIA. No hay que quemar etapas sino vivir cada etapa como un camino en sí mismo.
Pero por tener esta visión gozosa de una carrera directiva tenemos que abrir algunos estereotipos o mitos sobre el desarrollo profesional. Como decía Albert Einstien “la mente es como un paracaídas sólo funciona si se abre”, sin abrir la mente como queremos cambiar. Hay cuatro mitos a derribar que a mí me gustaría ayudar a derribar, porque estoy con G.K. Chersterton que “puedo creer lo imposible, pero no lo improbable”.
1º Mito: Una carrera de éxito es si acabas en la cima empresarial. Los profesionales creen que un directivo debe ocupar un puesto de Director General hasta su jubilación para que sea un signo de una carrera de éxito ¿Cuántas veces este directivo ha circulado por el carril izquierdo de su carrera? ¿No es adecuado dejar a otros este carril porque quieren correr y pasar al carril derecho de su vida? Lo lógico de una carrera como la propia vida, es que escalemos, disfrutemos de la cima, y que vayamos apreciando la belleza del paisaje mientras descendemos ¿Por qué es mejor quedarse en la cima? El talento senior debe adaptarse a la misión de la Empresa en sus diferentes momentos estelares. Me encanta analizar las diferencias de objetivos entre talento junior (querer hacer ante todo), talento consolidado (querer tener ante todo) y el talento senior (querer ser ante todo). Hacer para tener y tener para ser es un gran camino profesional. Quien no tiene experiencia y momentos donde crecer desde el fracaso no podrá ser sabio y este es el ahínco de un talento junior. Pero quien no aproveche lo que aprenda de las experiencia no va a tener la riqueza profesional y este es el afán del talento consolidado. Y por último quien no sepa que el tener que ha obtenido por su hacer sólo nos sirve si nos hace mejor profesional y somos personas, y si es este el objetivo de todo talento senior, Las claves del éxito son aquellas que saben expresar el talento según su momento de carrera profesional. Y no necesariamente siempre hay que circular por el carril izquierdo de la carrera profesional.
2º Mito: En la rapidez de la carrera está el éxito. Ir más rápido sólo se puede saber porque hay momentos que se va más lento. No solo debemos elaborar baremos externos comparativos con otros. Son habituales los “piques” con otros que van más rápido. Pero las carreras directivas son maratones que se basan más en la resistencia, perseverancia y demora del estímulo que en carreras de 100m. lisos donde la rapidez, la energía y la agilidad son los elementos característicos. Cada profesional tiene diferentes “tempos” profesionales. Yo conozco grandes talentos junior que no han sabido consolidarse, y al revés he podido observar personas de escaso talento junior pero de gran aportación en su momento senior. No necesariamente el talento junior supone el talento senior, porque el tener experiencias, aprender de ellas e interiorizar este aprendizaje es diferente en cada persona. Volviendo a Chesterton con una gran divagación que suelo utilizar en el asesoramiento en carreras profesionales: “Como nos hemos metido en un lio, tenemos que meternos en otro aun mayor para adaptarnos, como hemos dado un giro equivocado hace algún tiempo, tenemos que ir hacia adelante y no hacia atrás, como hemos extraviado el camino debemos también extraviar el mapa, y como no hemos realizado nuestro ideal, debemos olvidarnos”. Saber decir que no, volver a lo que te hace feliz, tener claro que quieres ser de mayor y tener siempre un ideal por el que luchar son claves básicas de una buena carrera directiva.
3º Mito: La osadía del converso como prueba de éxito. No os pasa que a veces alguien que empieza a compartir con él nuevo conocimiento luego se convierte en evangelizador de la materia ¿Cuántos ingenieros o economistas cuando hablas de coaching tienen la osadía del converso? Convencerte de algo con fuerza no te hace tener más razón. Hay gente que se pasa al carril izquierdo en un conocimiento y solo saben estar en este carril. Como decía mi abuelo palentino: “Toda conciencia necesita de la ciencia” No se puede pensar que el coaching, la inteligencia emocional, el engagement o cualquier otra moda intelectual expliquen la totalidad del mundo. La realidad por su naturaleza compleja necesita de discursos sencillos para sentirnos más seguros. Una ideología no es más que una forma simple de explicar una inextricable realidad. Pero funcionar aceleradamente desde una visión simplista de la realidad te hace ser más rápido pero no más sabio. La duda es un paradigma de nuestro carril derecho de la carrera directiva. El tiempo es una constante que tenemos que estar continuamente variabilizando. Pues como decía Jovellanos: “Solo falta tiempo al que no sabe aprovecharlo”.
4º Mito: La felicidad te da el ser importante. La ambición malsana de ser importante por tener una gran carrera directiva no es una gran expresión de la felicidad. La felicidad por tener un puesto, una tarjeta, un coche, etc., como decía un compañero de cañas “el rol del Rolex”, no significa nada más que tener. Y todo lo que se tiene se puede dejar de tener, en cambio lo que eres te lo llevas toda la vida. Las carreras directivas se basan en saber circular por ambos carriles, y ser responsables tanto cuando vas rápido por la izquierda de tu carreta como cuando vas más tranquilo por el lado derecho de tu carrera. Lo básico es saber cambiar de ritmo no estar siempre con el mismo ritmo. El ser “importante” ocupa muchoesfuerzo de tu vida y la importancia fundamentalmente se basa en la influencia. Influir por dinero es cuestión de tener pero influir por tu personalidad es cuestión de ser. Y entre Quevedo: “A las promesas miro como a espías” y Juan de Salisbury “Somos enanos a hombros de gigantes” me da la idea que las expectativas de tu carrera hay que medirlas para saber dónde está tu felicidad y que pensemos que lo importante no es ser el enano que llega a ser directivo sino mejor el gigante que llega a ser persona. La felicidad está en ti y no en lo que tienes.
En fin, me ha encantado en mi carrera circular por la izquierda y por la derecha, pero ante todo, lo que más me gusta es la capacidad de cambiar de carril. Ser nosotros los propios dueños de nuestra carrera depende donde situemos la importancia de nuestra identidad profesional. Ser un buen profesional no implica ser un alto directivo, pero también ser un buen directivo implica trabajar un ecosistema personal.
Y, para concluir con este síndrome del carril izquierdo simplemente recordar una frase genial del pensador español Juan Luis Vives cuando decía:” No esperes que tu amigo venga a descubrirte tu necesidad, ayúdale antes”. Por favor, reflexionar vuestras carreras porque es el primer paso de una buena carrera directiva. Y el dejar de tener prisas profesionales es bueno para conducir adecuadamente una carrera. Nadie es más o menos profesionalmente que lo que le marque su autoestima.
Y os lo juro, yo a partir de ahora voy a ver mejor circular por el carril derecho… pero sin hacer un “aguirre” (dejar el coche en el carril bus para ir al cajero).
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