De mi tierna juventud siempre recordaré aquellos comics apaisados de MAFALDA que tanto frescor intelectual nos aportaba al principio de los 80. De ahí, que denominamos el síndrome MAFALDA el que tienen aquellas personas que son independientes, “librepensadoras” y ante todo que sueñan con un mundo mejor. Pero MAFALDA no es una pensadora utópica sino una luchadora que lleva a la realidad sus cambios, ante todo, es una pragmática porque quiere que sus ideas se traduzcan en conductas diarias. Más allá de la reivindicación de género, que también expresa MAFALDA, pero con este nombre quiero referirme a todas las directivas (directiv@s) que quieren cambiar sus sueños en realidades en los Comités de Dirección. Harto de directivos perfectamente predecibles, acomodaticios al status quo y reactivos al entorno con sus tijeras de recortes, debemos impulsar a los directivos que sueñen.
Directivos que se planteen lo utópico para hacer más eficaz lo pragmático, pues la eficacia en un mundo tan atravesado por el cambio no siempre coincide con la eficiencia. La imparable economía colaborativa que nos introduce la dimensión social (por redes sociales) de la realidad virtual exige directivos que sueñen. Ya lo decía MAFALDA “¿Por qué será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?”. Tenemos que tener personas que ponga a la Empresa a pensar en nuevas ideas y contextos. Personas que se cuestionen lo establecido, que piensen en grande y que actúe en la realidad, que elabore teorías y nuevas ideas pero que luchen por realizarlas en su día a día. Personas imperfectas pero grandiosas por su querer hacer y por su psicología del intento continuo por mejorar la realidad. Las Empresas necesitan de un cambio de perfil del directivo actual, según el mundo de QUINO, más MAFALDA y menos SUSANITA. Últimamente, para deslegitimar una opción (podemos) sirve con llamarla utópica, cuando Steve Jobs, la creación de LINKEDIN, el posicionamiento de GOOGLE o el tener un dominio a través de las fotografías de INSTAGRAM seguro que fue utópico hace años. Sin soñar en el futuro no podemos tener directivos que sólo piensan en el valor inmediato en la Bolsa, igual que un político preocupado por las elecciones, igual que un artista que esté preocupado por el valor económico de su obra, todos son ejemplos de ilusiones perdidas en una carrera. Hay que crear valor a través de tus sueños, sueños que deben traducirse en acciones concretas de cambio y que nos lleve a hacer cosas diferentes en el mercado.
Aunque MAFALDA decía “Nunca falta alguien que sobra”, yo creo que nos sobra control, preocupación a corto plazo y sobre todo, exprimir las últimas gotas de zumos de negocios de la Edad Media. El Renacimiento que ha supuesto la dimensión social del mercado no es el fin de la Edad Media sino el comienzo de una nueva Edad Moderna. El poder de la experiencia del consumidor y/o empleado configura una nueva forma de soñar las empresas, y es aquí donde necesitamos una actividad como la de MAFALDA, tan positiva pero tan combativa “La vida es linda, lo malo es que muchos confunden lindo con fácil”. La dificultad actual es que hay que crear una nueva era de negocios basados en diferentes paradigmas y distintas reglas de juego.
Me encanta caracterizar otras nuevas formas de ser directiv@s con algunas nuevas estructuras mentales que se puedan definir como un perfil MAFALDA:
Directiv@s éticas en sus acciones. Como dice Fernando Savater en su libro Ética para la Empresa”¿Hasta qué punto las buenas ideas y las buenas intenciones pueden tener buenas consecuencias?” Esta doctrina de reflexión moral llamada consecuencialismo, creo que MAFALDA la expresa muy bien, es decir, las buenas ideas o intenciones deben ser constrastadas con las acciones que generan por corregirse o complementarse. Como dice SAVATER “De tal manera que lo que había empezado con buena intención no se convierte en un problema más grande del que se quiere resolver”. Hay que dejar de pregonar valores éticos como principios de indudable valor comunicativo y pasar a hacer acciones más éticas. La ética empresarial contada a través de conductas éticas realizadas por los directivos en su gestión diaria. Pues la realidad actual está en continuo cambio generando nuevos dilemas éticos, que se debe abordar desde la humildad del aprendiz, la honestidad del artesano y sobre todo, desde la humanidad de ser personas antes que directiv@s. La ética necesita de pocos códigos y más “ storytelling“ de conductas éticas hechas en la Empresa, pues si MAFALDA nos decía “Las situaciones embarazosas ¿Las trae la cigüeña?”, yo diría las decisiones éticas nos las trae el negocio y están en la base de nuestro sueño empresarial. Con MAFALDA denunciando la oscura realidad de la corrupción y luchando con la picaresca del MANOLITO de turno, estoy seguro que haremos una Empresa mejor, y no se si es casualidad pero también es argentino otro personaje vestido de blanco que anda soñando conductas éticas en la Organización más veterana del mundo.
Directiv@s que piensan con independencia. En esta reinvención de los negocios no basta con adoptar una pose de innovador y un disfraz de emprendedor. Lo importante es pensar independientemente, rehusar esquemas comunes y plantear ideas originales que la realidad no las apruebe. No hay que innovar con modelos clásicos de Empresa sino crear nuevos modelos de Empresa. Las Empresas del mañana se están pensando en el día de hoy. No se puede sólo hacer sin reflexionar lo que has conseguido con tu propio hacer.
En el método clásico de entrenamiento (tan utilizado en coaching o mentoring) Acción-Observación-Diálogo y vuelta a la Acción (Método AODA) es fundamental que los pensamientos se encarnen en realidad y que la realidad crezca a través de la reflexión. Pensar con independencia implica evitar esquemas preestablecidos y orgullos de autor. No hay ideas buenas o malas sino ideas que funcionan y otras que, actualmente, no funcionan. El relativismo de la realidad como verdadera prueba de la validez del pensamiento es propio de MAFALDA. Mi hija mayor que siempre la hemos llamado MAFALDA porque frente a la realidad siempre postula un ¿Por qué no?, y a veces, este porqué nos hace ver el entorno de otra forma. No tenía experiencia pensaba de forma independientemente al “establishment” de las normas y usos. Como decía ERIC HOFFER “Normalmente sólo vemos lo que queremos ver, tanto es así, que a veces lo vemos donde no está”. Piensa libremente, por que la realidad sí que es libre.
Directiv@s con audacia prudente. ¿Se puede ser prudente y audaz a la vez? MAFALDA era audaz en sus ideas y prudente en su aplicación. Las grandes ideas necesitan implantarse con prudencia. La convicción de nuestras razones debe contrastarse con la tozuda realidad. Siempre recordaré aquel dicho ruso que DOSTOIESKI nos decía “Si parece un caballo y camina como un caballo, es un caballo”. Las grandes ideas deben ser audaces e intentarlas poner en marcha, pero enormemente prudente para cambiar de opinión según la realidad. No hay que cambiar los términos y ser prudente en pensar (sólo pienso en lo que habitualmente piense un directivo) y audaz en su implantación y, por tanto, no tener en cuenta las consecuencias de tus ideas. La prudencia es una habilidad que necesita de la audacia inicial en el pensamiento. Los cambios se hacen con prudencia en los “comos ” y con afán revolucionario en los “ ques “. MAFALDA representa la audacia que necesita de la ironía y del saber hacer para implantar sus ideas. Como aquella frase de MAFALDA, muestra de su ironía, cuando nos decía “No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incognito”.
Directiv@s con confianza sabia positiva. La bonhomia de MAFALDA es una clara expresión del positivismo posibilista . Hay que tener confianza en cambiar el mundo pero con el pragmatismo de ver lo que se puede hacer. Confiar en ti mismo es el inicio para generar confianza en los demás, por tanto, esta es la base de la gestión de la confianza en las Empresas. Porque los demás confían en ti ¿Por qué has empezado tú confiando en los demás?
Pero la confianza no es ciega siempre tiene la espada de Democles de lo real que lo hace ser más sabia. La confianza sabia se basa en tu experiencia de tu autoeficacia histórica y hace que tu realismo nos impida actuar por estereotipos o juicios prematuros. Pero confiar y analizar sus consecuencias nos debe llevar siempre a un estado positivo independientemente de la negatividad de nuestro entorno. Sólo un acercamiento positivo a la realidad nos lleva a generar nueva energía confiada. La sabiduría de la experiencia y la proactividad de la positiva hace muy eficaz a la confianza como herramienta directiva.
En fin, que ojalá, tengamos muchas directiv@s con síndrome MAFALDA que hagan conductas éticas, que piense con independencia, con audacia y prudencia en su hacer y que tenga una confianza basada en la sabiduría que da la experiencia, y por último, que tenga la ilusión positiva de querer vivir. Como dice QUINO en otro libro llamado ¿quién anda ahí?, cuando un directivo mira el reloj de pulsera tras una jornada de trabajo y nos dice “¿Cómo debes hacer para salirse siempre con la suya sin hacer absolutamente nada?” El no hacer, el hacer lo que tenemos que hacer simplemente implica que las Empresas cada día hace menos. Por favor, más directiv@s que sueñen aunque sean utopías y no nos encerremos a jugar con el único juguete de la cuenta de resultados. Como atronó aquel 28 de Agosto de 1963 nuestro soñador Martin Luther King”… que a pesar de las dificultades yo aún tengo un sueño…” sin su sueño en el 2014 no estaría un Presidente de EEUU como el actual. Y también como diría el propio MARTIN LUTHER KING “Todo lo que vemos ahora es una sombra de todo lo que veremos” (discursos sobre la medida de un hombre de 1958), ¡Y cuanto vale un sueño de una directiv@ con sabiduría, independencia, audacia y prudencia! pues simplemente un (ovo) ¿Cuál es tu próximo sueño empresarial…
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