En el mundo digital un SOCKPUPPET es una falsa identidad en línea, es decir, una cuenta falsa de usuario creada para ensalzar, loar y glorificar a una persona o una organización con un rol de tercera persona. Estos títeres de calcetín virtuales han generado una tendencia de comportamiento de egolatría, donde las personas utilizan redes sociales para lanzarse loas y ensalzamiento inapropiados. Todo sabemos las mentiras piadosas de “lideres en el mercado” (porque siempre queda la matización de que mercado hablamos) o la mentira del nivel medio en inglés (hecho en referencia a quién), pero los sockpuppets no son expresiones socialmente aceptadas sino la utilización con engaños identidades ajenas para enviar loas de tu innegable valor.
¿Qué es el efecto Sockpuppet? La desconfianza, cuando en la red se instala un continuo número de feedback positivo sobre alguien y algo, siempre surge la duda del ¿porqué será?… Estamos creando nuevos climas de desconfianza fruto de los likes alimentados desde la amistad del que lo emite más que por el contenido de lo emitido. El regalar loas, que poco vale, como decía QUEVEDO, se convierte en un continuo cultivo de la egomanía.
Cuantos egos hay en la red en este momento y que falta de humildad en aceptar que nadie es más que nadie sino hace más que otro (como decía nuestro SANCHO en el QUIJOTE).
Todo el mundo busca ser original, aunque no sea verdadero; busca ser novedoso, aunque se invente las noticias, ser creativo, aunque no pase de ser ingenioso, y todo por perseguir el refuerzo de los likes. Utilizar otras personas y otras identidades para reforzar lo que tú eres, simplemente es una antigua forma de actuar, pero incentivada por un entorno anónimo e impersonal como parece ser una red social.
Lo importante es publicar “X” tuits al día para estar en el marco de referencia actual, cuando lo básico es decir algo cuando tienes que decir algo.
El derecho al silencio digital será una de las libertades a conquistar en un futuro inmediato. Y que nadie te diga, nos “has movido más noticias”, o que “poco caso me hace en LinkedIn”.
La necesidad de que otros valoren tus opiniones se está convirtiendo en un efecto psicológico perverso. No pienso ni digo lo que quiero decir, sino lo que mi grupo de referencia quiere oír. Porque el fin no es el contenido sino la receptividad de mis opiniones.
Tener multitud de “títeres de calcetín virtual” nos lleva a pensar que los seguidores son el fin de mi prestigio, cuando el prestigio surge de la entidad de tu aportación y la utilidad de tu contribución, y no solo de lo lindo que es el gatito de tu video en Twitter. Al igual, que utilizar el IPAD y el SMARTPHONE como medio de comunicación de la realidad genera una superficialidad en los conocimientos, la utilización de likes para dar “corazones” a tus amigos y buscar el encantamiento de tus seguidores está consiguiendo una “superficialidad emocional”.
Más abrazos físicos y expresión de sentimientos a la cara y menos likes y comentarios loados a tus noticias. ¡Os ha pasado que ya la gente te felicita en tu cumpleaños con un whatsapp y no por una llamada telefónica! Estoy seguro de que algunos lo tienen en un programa automático. O que te felicita alguien por LinkedIn cuando nunca te hubiera llamado por teléfono para felicitarte. Estos cambios conductuales fruto de la tecnología no deben obviar la importancia de la gestión emocional cara a cara.
El efecto SOCKPUPPET es la desconfianza y sensación de falsedad que da las emociones en tus redes sociales, parece que tenemos títeres virtuales que nos acompañan con un click y que lo hacer para apoyar tu ego, pero generan un comportamiento paradójico de desconfiar de su valía y sinceridad.
Si alguien dice que tengo tantos contactos en LinkedIn, que tengo tantos seguidores en Twitter y además mis noticias están viralizadas ¿Qué piensas? Pues simplemente desconfío y me apiado de su estrés virtual por estar siempre en la pantalla de los demás.
Y para concluir, este efecto SOCKPUPPET (constante loa de seguidores en la red) inciden en la pobreza de librepensadores e intelectuales en el mundo actual.
Si todo va a ser hacer lo previsto, lo correcto y lo pedido y no contrariar a la autoridad de tus seguidores, estamos ante la dictadura del ego virtual.
Yo soy yo, y mis…. Redes, pues las circunstancias de ORTEGA Y GASSET se convierte en el ecosistema virtual. En fin, que tener seguidores en tu red ¿Porqué es bueno? Más allá del negocio de la conectividad, simplemente creo que es un comportamiento muy humano y clínico; querer ser popular, que se hable de ti. Pero toda medicina depende de su dosis, vivir para tener seguidores en la red no crea un camino pleno de vida y felicidad. Y como dicen los estoicos y mis ancestros palentinos “Menos, es más, cuando más es menos”.
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